Albert Einstein
(1879-1955) Físico alemán nacido
en Ulm, Wurttemberg. Naturalizado estadounidense. Fue uno de los más
grandes científicos de la historia. Formuló la teoría de la relatividad
En 1894, su padre, tras un revés en
los negocios, marchó a Italia, mientras que Albert Einstein permaneció en
Alemania para acabar el bachillerato, que concluyó con calificaciones
mediocres, salvo en matemáticas.
Más tarde, la familia se
trasladó a Suiza, donde Einstein ingresó en la Academia Politécnica
de la ciudad de Zurich, por la que se graduó en 1900. Acabados los estudios,
y dado que no tenía la nacionalidad suiza, Einstein tuvo grandes
dificultades para encontrar trabajo, por lo que terminó aceptando, en 1901,
un puesto como funcionario en la Oficina Suiza de Patentes de la ciudad de
Berna.
Los estudios teóricos que
llevaba a cabo mientras tanto dieron sus primeros frutos en 1905, con la
publicación de cinco de sus trabajos, todos ellos de gran importancia para
el desarrollo de la física del siglo XX.
Uno de ellos versaba sobre el
efecto fotoeléctrico, según el cual la energía de los electrones emitidos no
depende de la intensidad de la luz incidente. Aplicando la hipótesis
cuántica formulada por M. Planck cinco años antes, logró dar una explicación
satisfactoria del fenómeno, trabajo que fue premiado en 1921 con la
concesión del Premio Nobel de Física.
El segundo trabajo, publicado un
par de meses después del primero, trataba del movimiento browniano, que es
el característico de una partícula en suspensión en un líquido, para el cual
ofreció un modelo matemático plausible.
Sin embargo, Albert Einstein
debe su fama a la formulación de la teoría de
la
relatividad restringida, basada en los resultados del experimento de
Michelson-Morley en cuanto a la detección de diferencias de velocidad de la
luz al cambiar de dirección cuando atravesaba
el
«éter». Gracias a sus trabajos logró demostrar que a partir de la hipótesis
de la constancia de la velocidad de la luz y de la relatividad del
movimiento, el experimento podía explicarse en el marco de las ecuaciones de
la electrodinámica formuladas por J. C. Maxwell.
Así mismo, Einstein demostró que
el efecto de contracción de la longitud y el de aumento de la masa pueden
deducirse del hecho de que la velocidad de la luz en el vacío es la máxima
posible a la cual puede transmitirse cualquier señal. En el marco de esta
teoría, Einstein expuso la relación existente entre la energía (E) y la masa
(m) mediante la famosa ecuación: E = mc2, en la que c representa la
velocidad de la luz en el vacío.
En 1909 Einstein consiguió
finalmente, no sin muchos esfuerzos, un puesto de profesor en la Universidad
de Zurich. Su fama, que continuaba creciendo de forma imparable, le llevó en
1913 al Instituto de Física Káiser Guillermo de Berlín. En plena Primera
Guerra Mundial publicó un trabajo definitivo en el que expuso la teoría
general de la relatividad (1915), en el cual establecía las ecuaciones que
habrían de cambiar la visión del universo y de su evolución. Esta teoría, de
la cual la cosmología newtoniana pasa a ser un caso particular, permitió
justificar fenómenos como la precesión del perihelio de Mercurio, la
deflexión de los rayos de luz por la presencia de grandes concentraciones de
masa (comprobada experimentalmente en 1919 durante una expedición de la
Royal Society en la que tomó parte sir Arthur Eddington), el corrimiento
hacia el rojo del espectro de galaxias lejanas a causa de la presencia de
campos gravitatorios intensos, etc.
La llegada al poder de Hitler en
Alemania coincidió con un ciclo de conferencias que estaba impartiendo en
California, por lo que se estableció en Princeton, donde entró a formar
parte del Instituto de Estudios Avanzados. Durante la Segunda Guerra
Mundial, y ante la creciente evidencia de que Alemania estaba desarrollando
el arma atómica, Albert Einstein dirigió una famosa carta al presidente F.
D. Roosevelt en la que le urgía a que desarrollase la bomba atómica. Cuando
el Proyecto Manhattan dio finalmente sus frutos, con los bombardeos atómicos
sobre Hiroshima y Nagasaki, la magnitud de la devastación le movió a
expresar públicamente su rechazo hacia el arma que había contribuido a
crear.
Los últimos años de su vida los
dedicó al desarrollo de una teoría del campo unificado que pudiera hacer
compatibles las teorías sobre los fenómenos electromagnéticos y
gravitatorios, aunque, al igual que Heisenberg, no llegó a conseguirlo.
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