E. T. A. Hoffmann
(1776-1822)
Ernst Theodor Wilhelm Hoffman
nació en Königsberg, Prusia, el 24 de enero de 1776. Su padre
era abogado, lo que influyó en su decisión de estudiar para seguir esta
carrera en la Universidad de su ciudad natal, a pesar de que por problemas
familiares creció bajo la tutela de un tío.
Empezó a trabajar en 1800 como oficial legalista en las provincias polacas,
pero en 1806, con las guerras napoleónicas, los subsecuentes desórdenes
políticos pusieron fin a su carrera. Decidió entonces dedicarse a su
principal interés, la música, ejerciendo como compositor y como crítico
musical. Fue en esta época que cambió su tercer nombre, Wilhem, al de
Amadeus,en honor del compositor Wolfgang Amadeus Mozart.
Hoffmann hubiera deseado
continuar con su carrera musical, pero graves diferencias de opinión con el
encargado del Teatro de Dresden, donde trabajaba en 1814, lo obligaron a
regresar al ejercicio de las leyes. Fue designado en 1816 a la corte de
apelaciones de Berlín.
Fue es esta época en que empezó
a escribir. Entre sus influencias literarias se mencionan a menudo a
Schiller, a Walter Scott y a Jonathan Swift. En pleno
movimiento romántico, los escritos de Hoffman, por los cuales es más
conocido que por sus trabajos musicales o pictóricos, se refieren con
frecuencia a personajes siniestros que interactúan con frágiles mortales, de
los cuales revelan con ironía sus lados trágicos o grotescos. Usaba para
inspirarse la combinación de imágenes macabras con elementos de la psique
humana. Escribió dos novelas, "El Elixir del Diablo", y "La
Vida y Opiniones de Kater Mur, con una Biografía Fragmentaria del Maestro de
Capilla Johannes Kreisler". También escribió varias colecciones de
cuentos, como "Piezas Nocturnas".
Las obras literarias de
Hoffman influiría a su vez en la actividad artística de otros autores,
como Beaudelaire y Hans Christian Andersen. Pero también
inspiró a varios compositores. Offenbach compuso en 1880 la ópera
Cuentos de Hoffmann, y Délibes creó el ballet
Coppélia. Pero sin lugar a duda la más famosa de las obras musicales
basadas en las historias de Hoffmann es la que inspiró a Tchaikovski
uno de los ballets más famosos del mundo. El cuento tiene el stítulo de
Cascanueces y el Rey de los Ratones.
Lamentablemente los problemas
laborales de Hoffman, así como su alcoholismo, le harían sufrir de
muchas dificultades económicas, además de afectar su salud. Hoffmann
falleció prematuramente en Berlín el 25 de junio de 1822, a
causa de una parálisis progresiva.
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