Armand Jean du
Plessis, Cardenal de Richelieu
(1585-1642)
Armand Jean du Plessis
nació en París, Francia, el 9 de septiembre de 1585. Tomó el
nombre de Richelieu por las propiedades de su familia. Desde joven se
distinguió por su inteligencia, y al cumplir nueve años fue enviado a
estudiar al Colegio de Navarra en París. A los diecisiete años se
dedicó a los estudios teológicos. En el año 1606 fue nombrado
obispo de Luçon, y más adelante ocupó el cargo de Diputado del Clero
en los estados generales de 1614.
Llegó a ser Secretario de Estado para Asuntos Extranjeros en 1616.
Seis años después el papa Gregorio lo nombró Cardenal.
Las ideas políticas de
Richelieu estaban bien definidas. Consideraba que una sociedad debía
funcionar perfectamente si cada uno de sus integrantes participaba en una
tarea específica, el clero por medio de la oración, la
nobleza con las armas bajo la dirección del Rey, y el
pueblo por medio de la obediencia. Richelieu creía en el poder
divino del Rey, cuya misión era traer paz y orden a la sociedad.
Richelieu es considerado por muchos como el creador del absolutismo.
La influencia política de
Richelieu creció constantemente, y fue nombrado principal del Consejo
Real como Primer Ministro de Francia. Su inteligencia analítica
le permitió gobernar a otros y utilizar el poder político de manera
efectiva. Creía firmemente en que el fin justifica los medios. Aunque tenía
una gran fe en la Iglesia Católica como una guía espiritual, trató de
asignar al clero un papel más activo en la vida política y social.
Consideraba que el estado estaba por encima de todo, y que la religión debía
servir como un instrumento para aplicar las medidas del estado.
Cuando asumió el cargo de Primer
Ministro de Francia, el rey Luis XIII aún no había solidificado su
autoridad en el país. El estado estaba enfrentado por la corrupción
política, la nobleza, y principalmente por el poder de los
hugonotes, un grupo protestante. Para asegurar el poder monárquico
Richelieu recurrió a la fuerza y a la represión política.
Apastó la resistencia de los hugonotes, castigó duramente a los nobles que
intrigaban contra el Rey, y remplazó a sus enemigos políticos que estaban en
el gobierno. Además expandió la autoridad del Rey en las provincias,
centralizando el poder y sometiendo a los gobernadores al control de
funcionarios llamados Intendentes.
Richelieu aconsajaba al
Rey para que aplicara la ley con severidad, pues consideraba que de otra
manera el estado no podría sobrevivir. Según él, al castigar duramente
incluso los delitos más pequeños se evitarían crímenes mayores. Sin embargo,
a pesar de sus esfuerzos no pudo erradicar la venta de cargos públicos.
Como Primer Ministro, Richelieu
ayudó a convertir a Francia en una de las más grandes potencias
europeas. Se opuso a los Habsburgo y a los Médicis, concretó
una alianza con Suecia en 1635 y por su mediación Francia intervino
en la guerra de los Treinta Años, anexándose Alsacia.
Desarrolló la Marina, promovió el establecimiento de colonias en
África y en el Caribe, además de fomentar las artes,
letras y ciencias. Restauró la Universidad de la Sorbona
en París, y fundó la Imprenta Real y la Academia Francesa.
Richelieu es condiderado el
constructor de la unidad francesa. Con él se marca el fin de la época
medieval de Francia.
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